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El Proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se ha convertido, probablemente, en el tema más polémico y delicado de la transición, pues por un lado se encuentra el actual proyecto que se desarrolla en Texcoco y lleva poco más del 20% de avance real (sí, aunque les duela, no sirven contratos ni planes si no hay infraestructura y esta no lleva más del porcentaje mencionado) y por el otro está la propuesta de cancelarlo y optar por la Base Aérea Militar de Santa Lucía, ambas ubicaciones en el Estado de México.
La inversión del NAICM de Texcoco estaba calculada en poco más de $200 mil mdp y se terminaría a mediados de 2021, pero ha excedido por mucho el costo (la inversión actual va en 300 mil mdp y un retraso aproximado de 3 años que han provocado que de seguir la construcción se llevará todo el sexenio de AMLO concluirla). Por su parte la BAM de Santa Lucía tardaría un máximo de 3 años en construirse y la inversión sería de aproximadamente $70 mil mdp.
A este respecto se han elaborado tres dictámenes sobre la viabilidad de las opciones: el de MITRE, el del Colegio de Ingenieros Civiles de México y el último elaborado por el Cuerpo de Ingenieros Militares de México.
MITRE Y EL CONFLICO DE INTERÉS NÚMERO 1
En otra columna que se escribió en este sitio el pasado 20 de agosto titulada "NAICM... Texcoco, Santa Lucía, MITRE y un chayote de Carlos Puig de MILENIO" se explicaba qué es MITRE.
"Es una organización de investigación científica sin fines de lucro considerada como 'recurso nacional' en Estados Unidos, fundada hace 60 años y que desde 1990, con dinero de la FAA (la autoridad de aviación estadunidense), tiene como misión 'proporcionar el sistema aeroespacial más seguro y eficiente del mundo y satisfacer las necesidades cambiantes del espacio aéreo de la nación'. Han trabajado con más de 60 gobiernos en el mundo".
Ahora bien, algo que no pasa desapercibido es que la institución es un cuerpo de investigación aeronáutica propio de los Estados Unidos y es financiado por recursos que provienen de su gobierno.
Ahora bien, considerando la reciente negociación del TLCAN el cual no fue aceptado por Canadá en los términos negociados con México (lo que llama muchísimo la atención) surge la pregunta por los intereses que entre líneas podrían estar insertos.
Dicho de otra forma, así como están las cosas no sería nada raro que empresas de origen estadounidense tuvieran las manos metidas en el NAICM de Texcoco, por lo que de ser cancelado y pese a las indemnizaciones las empresas tendrían pérdidas a largo plazo por un negocio que no se haría.
Cabe mencionar que esto está parcialmente aceptado, pues el Ing. Carlos Slim, uno de los principales inversionistas, quien con tal de tener la atención y aprobación del Presidente Electo, dijo en conferencia de prensa que podrían abaratar costos en $3,000 mdp para empezar al usar MATERIALES NACIONALES Y NO IMPORTADOS y yo pregunto, estimado lector, ¿qué país es el más próximo a México que se caracteriza por fabricar materiales de construcción que están siendo defendidos por su presidente imponiéndoles aranceles? Supongo que la respuesta se encuentra al norte de nuestro país.
EL COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE MÉXICO Y EL CONFLICTO DE INTERÉS NÚMERO 2
A solicitud del Presidente Electo, el Ing. Jiménez Espriú solicitó al mencionado Colegio un dictamen sobre la situación actual del proyecto del NAICM de Texcoco. El dictamen considera dos vertientes, la primera, el porcentaje de avance que implica la firma de contratos, gestión administrativa e infraestructura construida, y la segunda, el porcentaje de avance de la construcción.
De acuerdo a la primera vertiente el porcentaje de avance es de 31.5%, pero con respecto a la segunda, el porcentaje es de solo 20% aproximadamente.
Como era de esperarse, tanto los Ingenieros Civiles como el Gobierno Federal salieron a defender el 31.5% y la viabilidad del proyecto, pero el dato ya estaba dado, la infraestructura lleva un avance paupérrimo y se calcula que de continuarla se invertiría todo el sexenio de AMLO con una pequeña posibilidad de que fuera él quien lo inaugure.
En aquel momento, allá por el 6 de septiembre, el CICM dijo que no contaba con información suficiente para hacer un dictamen sobre el proyecto de Santa Lucía, sin embargo, una semana después, el 12 de septiembre, declaró que el costo del Aeropuerto en Santa Lucía sería de 3 veces más el valor calculado, es decir, de $210 mil mdp y se dio el lujo de dar costos hasta del metro cuadrado para construcciones.
Ahora la pregunta obligada... ¿por qué tan rápido el cambio? Primero dijeron no poder dar un dictamen y ni siquiera dieron algo con la leyenda de que los datos no eran concluyentes, no ofrecieron nada; y luego, de pronto en solo 6 días ¿dicen que cuesta el triple y que no es viable por el espacio aéreo?
Esto, estimado lector, se ve demasiado raro.
EL CUERPO DE INGENIEROS MILITARES DE MÉXICO Y EL CONFLICTO DE INTERÉS NÚMERO 3
Sin decir agua va, los Ingenieros Militares están rechazando la viabilidad de su propia Base Aérea, pues según ellos la estructura se encuentra construida sobre una zona lacustre como en Texcoco.
No dudo de la capacidad de los Ingenieros del Ejército Mexicano, pero no se pueden ignorar dos hechos: el primero, son fieles al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, actualmente el Presidente Peña Nieto, quien ha defendido el proyecto de Texcoco a capa y espada; el segundo, que hasta el momento no se habían pronunciado sobre el proyecto e incluso el Gral. Secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos dijo en un discurso en el marco del aniversario luctuoso del Presidente Miguel Alemán Valdés que Santa Lucía debe conservar su uso militar pero que está abierta a cambios si así se requiere.
En resumen. Primero un silencio sepulcral, después el Secretario de la Defensa Nacional afirma estar abierto a la posibilidad de cambios en Santa Lucía y de pronto, así nada más ¿dicen que la BAM y el actual aeropuerto son incompatibles y que el desfile militar del 16 de septiembre lo demuestra porque se tuvieron que cerrar operaciones aéreas comerciales para que las aeronaves pudieran despegar y surcar los aires para la conmemoración del 208 aniversario del inicio del movimiento de Independencia?
La explicación es simplemente ridícula y ofende la solidez con la que la disciplina militar suele argumentar sus posturas... ¿que la participación de aviones en un desfile demuestra que los aeropuertos serían incompatibles? Usted, estimado lector, analice la justificación de la respuesta.
LA REALIDAD
Como puede observarse ninguna de las tres instituciones es claramente independiente. MITRE responde a los intereses de un país cuyo Presidente es un empresario, el CICM cambia de opinión tan fácil y rápido que cuando dice el Ing. Jiménez Espriú que el estudio presentado está mal hecho estoy totalmente de acuerdo con él y el CIMM da una explicación que es simplemente ofensiva para su propia disciplina.
Y en medio de todo esto está el pretexto tras bambalinas... cancelar el actual proyecto costaría un aproximado de $100 mil mdp que aunado al costo de Santa Lucía sería casi lo mismo que seguir con el proyecto actual, pero lo que no se considera es el gasto de mantenimiento por los hundimientos, pues, lo que saldría carísimo a largo plazo e incluso cuando AMLO toma la palabra a Carlos Slim diciéndole que sí se lo concesiona, el fundador de Grupo Carso dijo que siempre no era un buen negocio, precisamente, por los costos de mantenimiento a largo plazo.
Estimado lector, la respuesta es clara y ahora le toca a usted juzgar.
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