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Ciertamente es una victoria que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se negociara antes de concluir el actual sexenio, dejando un pendiente menos al Presidente Electo; sin embargo, no todo es miel sobre ojuelas.
Yo me pregunto... ¿qué trae el Periódico Reforma en la cabeza?
En su columna Templo Mayor del 28 de agosto, nuevamente dedica épicas palabras a la actual administración, exaltando las figuras de Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo afirmando que al hacer gala de sus dotes diplomáticos y comerciales se tiene un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos.
Lo que a Reforma se le olvida es que hace apenas una semana, ambos paladines de la justicia peñista, estuvieron a punto de vender, literalmente, el futuro energético de México, con lo que hubieran dejado al país y a la próxima administración en un gran predicamento entre quedar mal con los mexicanos o con los estadounidenses, pero recapitulemos.
El Tratado tenía en sus páginas un acuerdo energético favorable a los Estados Unidos, con lo que dejaban indefenso energéticamente hablando el futuro de México. Cuando Jesús Seade, representante de AMLO en las negociaciones, se percató de que ese apartado no podía quedar así, pidió a los representantes de EPN se tratara ese punto en específico. Por su parte, tanto Guajardo como Videgaray dejaron solo a Seade diciéndole que no podían llevar el tema a la mesa de negociación y lo más que hicieron es agendarle una cita con Robert Lighthizer, representante de Donald Trump.
Ya en la reunión Seade puso las cartas sobre la mesa y "cuenta la leyenda" que Lighthizer le respondió "don't fuck me", pues la propuesta sería inmediatamente rechazado por el Presidente estadounidense, es decir, el simple hecho de poner la propuesta sobre el escritorio Resolute de la Oficina Oval era prácticamente un insulto.
A pesar de esto y sin saber a ciencia cierta que fue lo que realmente pasó (aunque se dice que Seade y Lghthider se conocen de años atrás), el tema energético se destrabó, las negociaciones continuaron y hoy tenemos, al menos, un TLCAN bilateral, pues falta esperar la respuesta de las contrapartes canadienses y la última palabra del Primer Ministro Justin Trudeau.
A pesar de esto y sin saber a ciencia cierta que fue lo que realmente pasó (aunque se dice que Seade y Lghthider se conocen de años atrás), el tema energético se destrabó, las negociaciones continuaron y hoy tenemos, al menos, un TLCAN bilateral, pues falta esperar la respuesta de las contrapartes canadienses y la última palabra del Primer Ministro Justin Trudeau.
Así que si a alguien debemos el éxito de la negociación, es precisamente a Jesús Seade, el gran ausente a esta ¡oda a la diplomacia y las excelsas cualidades negociadoras comerciales en el Templo Mayor de Reforma! pues fue él quien destrabó el embrollo energético, dejó a México en una posición favorable, le bajó el encabrone a los gringos, quedó bien con ellos y todavía le daba tiempo de echarle sus llamadas telefónicas al Presidente Electo para platicarle como iban las cosas.
Y hay que decirlo, antes del 1 de julio, las negociaciones eran una auténtica incógnita, pues la actual administración y todo aquel que la represente carece de total credibilidad, y después de esta fecha, cuando el gobierno electo comenzó a moverse y envió a Jesús Seade como representante en las negociaciones, fue que la información comenzó a fluir y hoy tenemos TLCAN.
Así que Videgaray y Guajardo deben de dar gracias a que los astros se alinearon y para que Seade llegara al equipo negociador, porque de otra forma, seguramente hoy estaríamos hablando del sacrificio energético y solo Dios y ellos saben de cuantos más, en que hubieran dejado a México y le hubieran agregado una raya más a la cebra de la ineficiencia peñista.
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