Bartlett, 1988, la CFE y López Obrador



El pasado viernes 27 de julio, el virtual Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador hizo anuncios en materia energética. El más representativo fue el que corresponde a la industria petrolera y a la fabricación de combustibles, sin embargo no fue lo único que dijo.


Algo que trascendió en este fin de semana fue el nombramiento de Manuel Bartlett Díaz como director de la Comisión Federal de Electricidad. Recordemos que el individuo en cuestión era el Secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid en 1988, año de elecciones presidenciales célebre por la famosa caída del sistema, pero... ¿qué tiene que ver Bartlett en todo esto?

Antes de la existencia del Instituto Nacional Electoral (antes IFE, fundado en 1990) las elecciones de candidatos a cargos de elección popular eran organizadas por la Secretaría de Gobernación del gobierno en turno, la cual se erigía un colegio electoral conocido con el nombre de Comisión Federal Electoral (CFE) y su presidente era el Secretario de la dependencia antes citada. En 1988 el presidente de la CFE era Manuel Bartlett Díaz.

Bartlett comenzó su vida política en el PRI (partido del que se distanció a partir de 2006 para unirse con la izquierda con el PT y ahora con MORENA), fue Secretario de Gobernación, Secretario de Educación Pública, Gobernador de Puebla y Presidente de la Comisión Federal Electoral en 1988, este último resultó ser altamente cuestionable y vamos a analizar por qué.

La caída del sistema


Resultó que en la campaña Presidencial de 1988 los contendientes más fuertes eran Cuauhtémoc Cárdenas por el Frente Democrático Nacional (la izquierda mexicana de aquellos tiempos), Manuel Clouthier del Partido Acción Nacional (PAN) y Carlos Salinas de Gortari por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), siendo los dos primeros los favoritos de la contienda. Por su parte Salinas no estaba tan atrás, pues tenía a su favor la mole que en aquel momento era Televisa, transmitiendo todo cuanto hacía el candidato del Partido Oficial durante su campaña presidencial, sin embargo, el descontento popular ante los resultados de los dos últimos sexenios, el de López Portillo y el de De la Madrid, era abrumador y el apoyo de las masas estaba dividido, aunque ligeramente inclinado hacia el lado del Cuauhtémoc, el hijo del Gral. Cárdenas, Presidente de México de 1934 a 1940.

Llegó el día, miércoles 6 de julio, se elegiría al Presidente de la República y se renovaba el Congreso de la Unión (Diputados Federales y Senadores), sin embargo, los ojos estaban puestos en la elección del Ejecutivo Federal. Estas elecciones eran muy importantes, no solo porque el candidato del PRI podría perder las elecciones, sino porque la Secretaría de Gobernación había adquirido un equipo de cómputo especial para llevar el control de los comicios electorales, sobre todo el de Presidente.

Según el libro "1988, el año que calló el sistema" de la periodista Martha Anaya, a los representantes de los Partidos se les dio un espacio en el Palacio de Cobián (SEGOB) donde podrían recibir vía telefónica los reportes de sus delegados en las casillas. Paralelamente la CFE iba recibiendo los datos y estos eran ingresados en la computadora para el cómputo oficial. Los focos rojos se encendieron cuando se vio que el candidato que iba arriba en el conteo de votos no era Salinas, sino Cárdenas.


Se armó la de "Dios es Padre" y cuanta la leyenda (porque no sabemos a ciencia cierta que es lo que realmente ocurrió) que llegó la orden de la Presidencia de la República: "APAGUEN EL SISTEMA DE CÓMPUTO". El libro de Martha Anaya narra que los operadores de la sala de cómputo fueron desalojados de sus lugares, llegaron otras personas a suplirlos y de pronto todo simplemente se apagó. Bartlett fue quien tuvo que salir a dar la cara como presidente del colegio electoral y habló de una falla en el sistema que se dio por la gran cantidad de datos que se estaban manejando, pero que estaban trabajando para resolverla.

La fallida rebelión contra el Sistema


Finalmente pasó lo que ya sabemos, reiniciaron el sistema y milagrosamente y por la mano de Dios, Carlos Salinas iba arriba en la elección. Todo terminó con el 50% a favor del candidato oficial.

¡Fraude, fraude! gritaban en las calles, Clouthier trató de encarar al Presidente De la Madrid en la explanada del Palacio de Bellas Artes al momento en que el Ejecutivo Federal llegaba a un evento, pero el Estado Mayor Presidencial se lo impidió. Cárdenas en el Monumento de la Revolución con el respaldo de Rosario Ibarra de Piedra, también candidata a la Presidencia, pidió calma y espera de la deliberación del Congreso de la Unión, quien validaría la elección (en este tiempo aún no existía el TRIFE) y Heberto Castillo en diferentes tribunas públicas manifestándose también contra el fraude.


El Congreso dividido en sesión extraordinaria... ¿anular la elección presidencial? esa era la pregunta del día y ¿cómo no recordar a aquel Vicente Fox, el contestarario del PAN con boletas electorales en las bolsas de la camisa y en las orejas? El plan era anular la elección entre el PAN y los Partidos de izquierda ¿y qué pasó? Según el libro de la periodista Anaya, los PANISTAS se abstuvieron, a los Partidos de izquierda no les alcanzó y se ratificó la elección de Carlos Salinas de Gortari como Presidente de México para el período 1988 - 1994.



Por su parte Cárdenas se replegó, el PAN negoció con Salinas, Clouthier se mantuvo en "pie de guerra"pero desafortunadamente falleció en un accidente automovilístico en octubre de 1989, los Partidos de izquierda terminaron fundando el PRD en el mismo año de la muerte del ex-candidato presidencial de Acción Nacional y en 1990 se creó el Instituto Federal Electoral para que las elecciones federales y locales corrieran por cuenta de un organismo independiente y autónomo del Estado.

Las huellas de Bartlett


Y a todo esto ¿dónde quedó el Secretario de Gobernación? Manuel Bartlett fungió como Secretario de Educación Pública de Salinas de 1988 a 1992; compite como candidato por la gubernatura del Estado de Puebla, quedando electo para el período 1993 - 1999, donde tuvo claro-oscuros, por un lado el poder adquisitivo del salario bajó en un 5% según datos de la CONEVAL (aunque recordemos que a partir de 1994 México se enfrentó a una crisis económica heredada del salinismo), pero por otro lado durante su administración la industria de la Entidad tuvo un crecimiento (que su sucesor no aprovechó, pues se estancó) y la cultura fue impulsada y reconocida por instancias internacionales como la UNESCO.

En 1999 Bartlett se postuló como pre-candidato del PRI a la Presidencia de la República, sin embargo, el candidato electo fue Francisco Labastida quien perdió la elección ante Vicente Fox de la coalición PAN - PVEM; finalmente rompe lazos con el Revolucionario Institucional en 2006 al distanciarse de la candidatura presidencial de Roberto Madrazo, quien perdió ante Felipe Calderón quedando en un tercer lugar. El resultado de Madrazo está tan solo 12,000 votos más arriba de los obtenidos por José Antonio Meade en la elección presidencial de 2018.


Desde entonces ha ocupado cargos como legislador por el Partido del Trabajo, siendo un férreo crítico del sistema desde la tribuna y con suficiente conocimiento de causa, pues el hecho de haber sido dos veces Secretario de Estado (una de ellas de Gobernación) y Gobernador de una Entidad Federativa le da suficiente experiencia para saber de qué pie cojea el sistema. Una de sus críticas más fuertes se centró en materia energética cuando se implementó la Reforma en este rubro en el actual sexenio.

Crítica de la responsabilidad de Bartlett ante el fraudulento 1988


1988 fue un año trágico para la democracia, pues cuando se pensaba que ahora sí vendría el cambio, se dio un fraude electoral de dimensiones monumentales, tanto que actualmente Bartlett declara que la elección de aquel año la perdió Salinas de Gortari y que Cuauhtémoc debió de ser Presidente.


No se puede negar la responsabilidad en aquellos hechos del virtual Director General de la Comisión Federal de Electricidad, sin embargo, tampoco debemos de perder de vista tres factores al respecto:

1.- Manuel Bartlett era el Secretario de Gobernación y esta responsabilidad no da un paso si el Presidente de la República no da luz verde, pues de no hacerlo así implicaría un desafío directo a la investidura Presidencial, una ofensa políticamente imperdonable. Bartlett tuvo que ver, él mismo no lo niega, pero no fue ni el único responsable, ni el implicado con más alta jerarquía.


2.- Así mismo recordemos que en aquel entonces la dependencia que declaraba la validez de la elección presidencial era el Congreso de la Unión y pudiendo anularla ante las contundentes evidencias de fraude, decidieron no hacerlo y declarar la victoria de Carlos Salinas de Gortari y el principal responsable no fue Bartlett, sino el PANISMO que, habiéndose comprometido a cooperar para declarar el fraude, se echó para atrás y no votó para la anulación.

3.- Estos sucesos tuvieron lugar 30 años atrás, por lo que juzgar actualmente a una persona como el único responsable del crimen cometido en aquel entonces resulta incluso absurdo y más después de ver que él no tenía la autoridad para fraguar una estrategia de este tamaño y quienes realmente pudieron remediar las cosas, simplemente decidieron callar y, posteriormente, negociar.


Bartlett, la CFE y el Presidente Electo


Ahora bien, la dirección de la CFE no se trata solo de tener una carrera éticamente intachable, sino de conocer el objetivo de la paraestatal y estar en sintonía con el proyecto de nación que se tiene planeado para el sexenio 2018 - 2024. Bartlett tiene ambas, tanto, que está de acuerdo con el programa "borrón y cuenta nueva" y no ha hecho ninguna declaración contra la medida más polémica del obradorismo, la baja de salarios y eliminación de privilegios a funcionarios públicos, sobre todo, de alto nivel.


Por tal motivo, en mi opinión hay que esperar, verificar que tan competente es para el trabajo y, a partir de ahí, emitir un juicio, pues si AMLO lo designó para el "encargo" (como él mismo llama a los cargos públicos), definitivamente no pienso que fuera por su ética intachable, sino por su conocimiento del tema, la experiencia en las mañas del sistema y el valor para pronunciarse sobre lo que a todas luces es el verdadero abuso, a saber, la Reforma Energética que tanto dinero ha exprimido a nuestros bolsillos.

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